Hoy te contaré mi experiencia con una empresa de tamaño mediano, Horizonte Saludable.
Esta empresa, reconocida en su ciudad por distribuir productos de alimentación orgánicos y productos a granel, estaba en plena expansión.
Pero con el crecimiento llegaron los problemas internos. Los pedidos empezaron a acumularse, el seguimiento del inventario se volvía cada vez más complicado y las facturas se amontonaban. La gerente de Horizonte Saludable, Pilar, sabía que necesitaba encontrar una solución, pero no tenía ni idea de cómo conseguirla.
Pilar había oído hablar de los sistemas ERP y de cómo podían ayudar a las empresas a coordinar su producción, inventario, ventas y contabilidad. Se preguntó si un ERP podría ser la solución a los desafíos que su empresa estaba enfrentando. Había recibido muchas recomendaciones sobre sistemas y se había puesto en contacto con comerciales para que le facilitaran presupuestos. La experiencia fue abrumadora. Así que antes de tomar una decisión, optó por buscar el consejo de una consultora experta.
La consultora, Laura, fue muy directa desde el principio: "No todas las empresas están preparadas para un ERP, debemos considerar varios factores antes de tomar una decisión".
En primer lugar, Laura evaluó la etapa de crecimiento en la que se encontraba Horizonte Saludable. Aunque la empresa estaba en expansión, todavía no contaba con los recursos necesarios (de organización y de equipo humano) para implementar y mantener un ERP. A pesar de los problemas en la gestión de sus procesos, Laura sabía que un ERP podría resultar demasiado costoso y complicado para la empresa en su situación actual.
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Después, Laura examinó la estructura organizativa de Horizonte Saludable. A pesar de ser una empresa de tamaño mediano, la estructura era bastante simple. Un ERP completo podría ser más adecuado para organizaciones con una estructura más consolidada. Laura concluyó que Horizonte Saludable se beneficiaría más de herramientas más sencillas y económicas que se adaptaran a sus necesidades actuales, mientras su estructura y procesos se iban consolidando para caminar hacía la implementación de un ERP.
Como resultado, Laura se centró en las prioridades acordadas con Pilar del negocio de Horizonte Saludable. Aunque la empresa se dedicaba a la distribución de productos de alimentación saludables y productos a granel, la mayoría de sus procesos se centraban en la logística y el servicio al cliente. Un ERP podría ser útil para la gestión del inventario, pero no necesariamente sería la mejor opción para otros aspectos de la empresa.
Pilar quedó sorprendida. Estaba tan convencida de que un ERP era la solución a todos sus problemas, que no había considerado que podría no ser adecuado para su empresa. Pero al final, aceptó el consejo de Laura.
En lugar de invertir en un ERP, Horizonte Saludable decidió implementar una serie de herramientas más simples y económicas que se adaptaran a sus necesidades actuales. Con el tiempo, la empresa logró mejorar sus procesos internos, aumentar la eficiencia y continuar su crecimiento.
La experiencia de Horizonte Saludable es un recordatorio para todas las empresas: antes de decidir implementar un ERP, es fundamental evaluar cuidadosamente las necesidades y los recursos disponibles. Un ERP puede ser una herramienta muy útil, pero no siempre es la mejor solución y en muchas ocasiones es preferible centrarse en realizar determinadas tareas antes de dar el paso.
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